Cierro los ojos y el mundo a mi alrededor desaparece. No estoy preocupada, porque en ese momento mi mundo aparece, ese en el que puedo ser cualquiera, ese en el que yo defino a que huelen las cosas, ese en que todo es nuevo y no hay rutinas, no hay dolor, no hay angustia.
Un mundo en el que puedes ir saltando entre realidades y lo que dejas atrás no importa, porque seguro que lo nuevo es mejor o sino por lo menos diferente y quieres explorarlo con cada uno de tus sentidos. De repente suena una música y sabes que queda poco tiempo y debo despertar y afrontar la vida real, pero aunque mis parpados se vayan abriendo paulatinamente, no voy a dejar de moldear mi vida real para que se parezca a mi vida soñada.
Sueños (Irene Berrocal)
