“Intenta evitarlo con todas sus fuerzas pero termina sucumbiendo, la máquina taladradora perfora en más de una ocasión órganos que comprometen gravemente su vida… una verdadera lástima”. Con la piel lívida por la revelación, separó su cuerpo de la pared que lo ocultaba, se apresuró hacia su casa, se abalanzó sobre el sillón, encendió el televisor y sintonizó el canal, “su canal”. Ahí estaba, proyectado sobre el televisor, escuchando la misma conversación a los mismos paseantes tras la misma esquina y huyendo del lugar escandalizado por la noticia. ¿Cómo era posible que aquellos individuos tuvieran acceso a información tan exclusiva? El espectáculo perdió para él, de pronto, gran parte de su interés, y se sintió tentado a cambiar de canal, incluso a apagar el televisor. A fin de cuentas, acababan de hacerle el «spoiler» de su vida.
El «spoiler» de su vida (Jon Jiménez)
