No me lo han dicho, pero yo sé que ya es lunes. Como cada comienzo de semana y hasta el viernes, Lucas se ha ido y hasta casi la noche no llegará. La mañana la pasaré tomando el sol en el jardín y cuando comience a apretar un poco el sol, entraré en casa a esperar a que llegue Mónica y podamos dar un paseo – suena la cerradura –.
Es Mónica, por fin voy a salir a pasear y a disfrutar de la libertad. Me gusta cuando llegamos al parque y a veces nos encontramos con ese olor que tanto me gusta. Subo la cabeza hacia arriba y puedo sentir su presencia a lo lejos. Aunque no siempre consigo verle, hoy está allí, al lado del puesto de helados.
Me encanta cuando nos saludamos y el mundo se para. Es increíble cuando jugamos a perseguirnos y no es importante no poder decirnos nada. No son más de dos minutos los que podemos pasar juntos. Entre semana, Mónica no puede invertir mucho tiempo en pasearme, tiene que volver a trabajar.
Sin palabras (Silvia)
