Las historias se repiten en el viaje diario. Dejaron hace tiempo de ser de tradición oral, como los cuentos. Hay palabras que se quedan fijas en el devenir de los días. Hoy, como cualquier otro, con el primer sol de la mañana camina despacio. No tiene prisa. Conoce las paradas sin levantar los ojos. Sube la escalinata. Al salir, las ideas siguen acechando porque en lo cotidiano los sueños viajan, las horas pasan deprisa, los títulos se hacen realidad. Una realidad dura y contundente la suya cuando despliega el cartón y sobre viejos libros, coloca el cartel: “pobre de necesidad” Con la cabeza gacha escribe en papeles. Algunas monedas caerán. Nunca levanta la mirada.
Sin mirar (Carmen Martinez Marin)

Felicidades, Carmen!! Un relato precioso. Un abrazo.
Felicidades, Carmen!! Un abrazo.