Como a Rosario Tijeras, le pegaron un tiro a quemarropa mientras le daban un beso. Confundió el dolor del amor con el de la muerte.
A veces pasa. Los que están desesperados toman medidas desesperadas, y a menudo la forma que algunos tienen de olvidar su pasado es matando el futuro del resto. Sobrevivir a tu propia mierda con frecuencia es difícil, sobre todo si esa mierda tiene tu nombre y apellidos.
Con dos balas de plomo del calibre 44 en el pecho se suele buscar a Dios con celeridad, pero para cuando lo quieras encontrar, ya será demasiado tarde. Tus oraciones habrán caído en saco roto y te encontrarás seguramente rozando la luz al fondo del túnel.
A veces un beso es peor que un tiro a quemarropa. A veces a quemarropa te dejan sin beso; pero otras veces, te pegan un tiro mientras te besan.