¡Hagamos el experimento! —Les dijo el diputado a sus colegas—, ya verán que todo seguirá su curso habitual, si nos vamos a descansar por dos semanas, no sucederá nada grave. La causa de tal propuesta era que el respetado político quería irse con su amante a una playa. Se llevó a cabo la votación y el resultado fue unánime:
¡A descansar y que sea lo que mande Dios!
Por fortuna, el consabido creador del mundo fue condescendiente con los hombres y sin la dirección política, que había mermado los ingresos de la ciudadanía, ayudó a que todos progresaran. Con la ausencia de los dirigentes bajó la corrupción, el gasto público se redujo el treinta por ciento y los ciudadanos apreciaron el trabajo de su gobierno. Después de esa prueba, decidieron que los descansos de los representantes gubernamentales fueran habituales y luego fue suficiente que trabajaran sólo un mes al año. Hubo bastante progreso y la gente se preocupó más por los pobres, aumentó la natalidad y el pueblo fue más dichoso.
Nueva política (Juan Cristóbal Espinosa Hudtler)

Muy buen sitio
Hay que darle las gracias a Felipe Grisolia, quien nos proporcionó el enlace.