Es de noche y pareciera que la vida misma se fue a descansar. El cielo está estrellado y mi corazón gime de frío. Las ramas del árbol que me sostiene como el único pilar existente en esta vida cubren el cielo como una gigantesca mano huesuda. Siento que esa mano puede caer encima de mí en cualquier momento y hundirme hasta el centro de la Tierra.
La noche es celosa y centella; la noche es hambrienta y abandona. Y me encuentro aquí recostado sobre el árbol cenizo que desdeña mi soledad. La calle vacía que se barre sola con el viento intimida. Y la última ventana iluminada que me vigilaba se apaga cansada de mi silencio. Pero, a pesar de todo, siento que la noche está ligera… o mi corazón, demasiado pesado.
Noche ligera (Ye Eun Kim)
