Dos mujeres pasean por la cubierta del barco. Una viste sencilla, con un crucifijo al cuello; la otra ropa exquisita y sombrilla. Hace semanas que embarcaron, por separado. Aunque las dos eran valientes, se dieron cuenta que permanecer juntas, siendo mujeres, les iba a facilitar la larga travesía.
Fue surgiendo entre ellas una fuerte amistad, se abrieron sus corazones, compartieron ilusiones, miedos y secretos. Una va de misiones a un olvidado pueblo del Caribe, lleva dinero de limosnas, y pretende abrir un centro para educar a los niños. La otra va a casarse, con un rico terrateniente al que solo conoce por carta. Las dos tienen casi, la misma edad. A las dos las esperan, sin conocerlas.
Las dos empezaron a soñar con la vida que le esperaba a la otra al llegar, tal vez fue el influjo de las mareas.
Hoy, en un puerto caribeño, desembarca una mujer de tez blanca con un crucifijo en el cuello y una torpe misionera con zapatos de tacón, intenta sostener una sombrilla sobre su tez morena.
Navegando (Amalia Padrón)
