Sentados en la arena, cogidos de las manos. Los pies sobre la zona húmeda de la playa, las olas acariciándolos levemente. Las palmeras se agitan al son de una brisa cálida irregular. Miran al frente, donde debería verse la costa Australiana, pero ahora no hay nada. Miran al cielo, donde debería haber un sol amarillo pero ahora se ve una gigantesca esfera violeta. Se miran a la cara, y ahí nada ha cambiado.
El mundo se va a acabar (Mikel Ruiz)
