En mi ciudad anoche, hubo un tornado. Duró tres minutos y se perdió en el mar recuperando el camino que lo trajo hasta aquí. Arrancó todo cuanto encontraba a su paso. La verdad es que impresiona ver los destrozos ocasionados. La ciudad está revuelta y la gente visiblemente conmocionada. Vayas por donde vayas no se oye otra cosa, acompañado del sonido de sirenas de coches de policía, bomberos y ambulancias. Por fortuna casi todos los daños fueron materiales, aparte del susto, claro.
Fui a desayunar y vi que la gente se arremolinaba, preocupada, para mirar que iban a hacer los tres camiones de bomberos que acababan de llegar. Frente a los bomberos, y en la puerta de su bar, estaba ‘el Cristóbal’ haciendo aspavientos con los brazos mientras gritaba muy sonriente: ¡Trabajo, trabajo!, el viento ha traío trabajo ‘p’a to el mundo’: cristaleros, albañiles, basureros, carpinteros… me mira y dice como agradecido: ¡Trabajo, niña! ¿Has visto lo que ha traío el viento?
Lo que trajo el viento (Clara Dos Santos)
