Me dijo de forma melosa: ¿qué crees que soy, un sol o una luna?
«No lo sé» le respondí, mirándome los zapatos.
Entonces se enfureció y me gritó: «¡pero dímelo mirándome a la cara!»
No puedo – le dije – desde niño siempre supe que jamás debo mirar un eclipse a los ojos.
Lo siento (Pablo Salvador Fuentes Aburto)
