Un troll. Lo que veo cuando me miro al espejo. El mismo pelo hirsuto, corpulencia, fealdad. Podría convertirme en piedra si me diera el sol, cosa que evito. Me dicen que sólo es una alucinación, producida por mi estado mental. Puede ser. También podrían frutos de las alucinaciones estos accesos de furia, tan caprichosos, tan sin razón aparente. La medicación los atenúa. Y pienso, a juzgar por lo que rodea, que he olvidado tomarla, muchos días. Lo bueno es que ellos no tienen de qué preocuparse. Ya les expliqué que mi aspecto era fruto de una alucinación. Y que desde luego, yo no era ningún monstruo. Por qué chillaron tanto, no lo sé. Ni por qué yacen aquí, con el cráneo destrozado. Puede que todo sean, como dice el doctor, imaginaciones mías.
Es lo que soy (Martín Sacristán Tordesillas)
