Llegó el día de salir a la calle tras haber superado dos encierros. Relativamente plácido el primero, el segundo la había atormentado pese a las comodidades que habían dispuesto para ella. Cuando se lo anunciaron no opuso resistencia, tampoco mostró alegría, su mirada seguía perdida e indiferente con la nueva situación. La habían ayudado a vestirse y también necesitó ayuda para alcanzar la calle, donde el tráfico le pareció un carrusel desbocado que le hizo buscar protección. Era un día completamente nuevo para ella, libertad absoluta y la vida por delante pero aquellos grandes ojos grisáceos mostraban la mueca del terror, parpadeando asustados, desvalidos, pidiendo alejarse de aquel lugar. El primer rayo de sol que impactó en su cara le resultó desconocido y agresivo, se sintió perdida y rompió a llorar desconsolada. Su madre la tomó con ternura, se alejaron de aquel tráfago y le ofreció el consuelo seguro de su propio cuerpo al que se había aferrado desde el día primero.
En libertad (José Antonio Cegarra Sánchez)

El texto de José Antonio Cegarra me parece excenlentísimo. Con una calidad literaria impresionante.
para excelentisimo el alcalde de mi pueblo, pero bueno.