Se fueron colocando cada uno en su sitio, los más en la habitación, por no decir en la cama, los menos, pero potentes, en el baño, en la cocina e incluso dos en el pasillo, y un buen número en el salón, con predominio de sofá.
Por eso quise irme yo, pero ella siempre fue más lista y más terca.
Las veces (Javier Palanca Corredor)
