Yo sé que soy un estúpido. Que me irrito, que me hago problemas por cosas menores y olvido lo esencial. Pero hacía calor, mi camisa estaba empapada y hace minutos España había perdido. El jefe estaba insoportable, y ese día tampoco pagaron. Encima me pidieron hacer horas extras.
Cuando al fin pude marcharme, afuera llovía y no tenía paraguas. Maldita suerte. Me encogí bajo la llovizna, y cuando metí las manos en los bolsillos sentí que Isabel me había dejado una nota. ¡Encima eso, iba a tener que ir de compras!
La abrí. Decía Te quiero.
Las cosas pequeñas (Román Ignacio Ksybala)
