Y allí estaba ella. Rodeada de extraños que charlaban entre sí sin tan siquiera darse cuenta de su existencia. Ni siquiera él, tan atento al entrar en el salón, le prestaba atención. Lo observó al otro lado de la sala. Envueltos en una espesa capa de humo, los hombres reían ajenos a todo. Quería gritar. Desesperadamente. Ahora sabía que aquello había sido un error. No debería haber salido de su biblioteca. Al menos allí, no se sentía sola. Al menos allí, era ella la protagonista.
La protagonista (María del Carmen Ramírez Albaladejo)
