De acuerdo. Ya podemos celebrar el triunfo del escepticismo.
Contigo ensayaba significaciones a pie de página, el arte del límite y la distancia. Sólo yo permanecía obstinada y marginal, buscando el sentido en la tensión del vacío, en el espacio mítico del margen.
Pero ahora que se ha evaporado tu magnetismo, ahora que ni tan siquiera quieres cuestionarte qué nos separa, la periferia ha perdido el relieve de poesía y la distancia es un vacío flojo, cansado e inerte… un vapor sin atributos.
Ahora que el tiempo ha recuperado su dimensión sin fuga, sólo queda recordar las cosas que nunca sucedieron. Con pretextos, con augurios, con nostalgia, sin olvido.
Poesía requiescat in pace.