Corría, corría con desesperación. Pero el vértigo podía más, me perseguía.
Me desperté, ¡gracias a dios! Había sido una pesadilla. Respiré hondo y me incorporé.
Mas él seguía allí, el vértigo persistía.
La huida (Elena Gómez)

Portada » La huida (Elena Gómez)
Corría, corría con desesperación. Pero el vértigo podía más, me perseguía.
Me desperté, ¡gracias a dios! Había sido una pesadilla. Respiré hondo y me incorporé.
Mas él seguía allí, el vértigo persistía.
Uso de cookies
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies
ACEPTAR
Como diría Monterroso: «Cuando despertó, el vértigo todavía estaba allí».