Lo acarició tiernamente y de forma muy lenta y suave, casi con religiosidad.
Conocía ese cuerpo como el suyo, ya eran cincuenta años de matrimonio. Compartieron buenas y malas siempre juntos, unidos en la vida.
Mientras su mano recorría la espalda milímetro a milímetro, recordó aquellos primeros años llenos de proyectos, que fueron quedando por el camino en su mayoría, pero jamás nublaron la felicidad.
¡Cuántos recuerdos se agolparon en su mente en aquel momento! Risas, llantos, emoción. ¡Toda una vida en pocos minutos!
Las lágrimas comenzaron a brotar muy lentamente…
Lo notó algo más frío que de costumbre a pesar del calor. Pero no se molestó en taparlo. ¿Para qué?
Hacía varios minutos que había dejado de respirar.
Juntos (Luis Nelson Rodríguez Custodio)
