Se acercaba el invierno y yo sólo quería ese abrazo que me llenara de calor por cualquier parte. Que me salvara de caer por la pendiente y que, de un plumazo, pudiera recomponerme. Pero comprendí que no valen todos los abrazos, ni son verdad todos los te quiero. Comprendí que no existen los sueños definitivos ni las esperanzas a largo plazo. Que cuanto más duele más se quiere y cuando más imposible más ganas de hacerlo real. Yo sólo quería ese abrazo, y ya ha llegado el invierno.
Invierno (Gemma)
