Y caían las gotas de agua, una tras otra, sin miedo a romperse.
Caían encima de aquella pareja de jóvenes enamorados, que soñaban y describían una vida juntos.
Pero todo acabó.
Aquella tormenta que dejaba caer las gotas de agua terminó.
El amor, las ansias y el deseo que unía esa pareja terminó.
Y todo acabó roto, tan roto como las inocentes gotas de agua.
Gotas de desamor (Ana Bernal Gambín)
