Cuando Sandra llego al bar de Portals, noto que su presencia no pasaba desapercibida; el ambiente era tenso, y desde lejos el Capitán James la miraba con insistencia y asombro, no podía quitarle sus enormes ojos azules a la libreta que llevaba con ella.
Todos en el pueblo, se preguntaban por esa mujer que había llegado.
Cada día iba con su anotador, pedía un café ristretto, y se sentaba junto a la ventana, de allí podía observar al único barco que comunicaba el pequeño pueblo de pescadores con la ciudad, el cual era enorme para tan corto trayecto, y al que habían bautizado Invictus.
Al tercer día, dejo su mesa y se sentó en la barra del bar, tratando de entablar una conversación en el camarero, el cual también la miraba con estupor.
– Disculpe señorita. ¿Cómo es que ha vuelto?
Sandra, levanta su mirada hacia él.
– Es que nunca he estado aquí, he venido solo a buscar a mi hermana Silvia, mi hermana gemela. Ha desaparecido en el barco del Capitán James y nunca más he sabido de ella.
Gemelas (Laura Cosentino)

El texto dispara imàgenes que se suceden sin cesar. Deja una intriga que invita a continuar el relato… què le contestò el camarero? què pasò despuès?… muy interesante…