Debo decir que sin duda alguna, fue la cita «amorosa» más corta y bizarra jamás vivida por ella.
Él le advirtió que en ese periodo de tiempo estaba muy muy, pero que muy ocupado y no sabía en qué momento podría volver a quedar con ella. Ya lo dice el refranero, el que avisa no es traidor..¿verdad?
Le prometió llamarla cuando tuviera tiempo libre. Esa cita nunca tuvo segunda parte. Él era todo un caballero a la antigua usanza. Algo terrible debía haberle sucedido para no cumplir su promesa. Pero la suspicacia de la protagonista la encaminó por otros derroteros y su instinto no le falló…
Según ella averiguó poco después, quedando totalmente patidifusa; él fue enviado a la prisión de la acera de enfrente; lugar al que fue condenado a cadena perpetua.
¿Gavilán o Palomo? (Mari Carmen Ruiz Molina)
