De pequeño soñaba con ser astronauta y con ser rico cuando me tocase la lotería. Soñaba con tener una colección de más de mil coches de lujo que disfrutaría por las carreteras de todo el mundo al regresar de mis viajes estelares.
Luego, cuando fui mayor, soñé con llegar a los cien años, lleno de salud.
Y ahora que he sobrepasado el centenar, que no hay rincón de la Tierra ni del universo que no haya visitado; ahora que he alcanzado los cinco mil coches de lujo sin ningún achaque en el horizonte que socave mi salud, me he cansado de soñar cosas agradables para mí.
Siempre supe que mis sueños tenían trazas de realidad futura. Así que ahora, me alquilo para soñar por los demás perversiones y otras maldades. Pero esto las víctimas de mis pesadillas lo saben. Y es mucho más divertido.
Fabricante de sueños ( Javier Molina Palomino)
