Vuelven las dudas y el miedo. Vuelven sin llamar, una vez más. Vuelvo a pisar suelo inestable. Vuelvo a caer, de nuevo, en las mismas trampas.
Vuelve la angustia de tantos quizás. El dolor de los fracasos pasados.
Vuelvo a no saber quién soy, vuelvo a perderme entre tanta mierda. Ya vuelven los días grises, el no querer abrirle a nadie la puerta, por si alguno de ellos es un lobo disfrazado de una caperucita indefensa.
Vuelvo a no saber qué sucede, a querer que todo vaya deprisa, a que nada permanezca.
Vuelvo a no querer a nadie, a contar que todos me sobran, vuelvo a perderme en nubarrones que anuncian tormentas. Vuelvo a no llevar paraguas, por lo que es posible que me moje de inquietudes que nunca podré resolver.
Vuelven las excusas para no verte, vuelve el no importarme si me quedo o si me voy. Vuelve la confianza a irse, sin decir si algún día volverá. Vuelve el tiovivo a girar. Vuelvo a no encontrarme una vez más.