Las golondrinas revolotean, construyen su nido en la cornisa de la ventana. En el interior, un niño desliza piezas troqueladas, unas coinciden; otras, no. Desconoce si el conjunto es un paisaje o un edificio. Las estaciones pasan de largo, como si se asustasen.
El adolescente sigue con su pasatiempo. Poco a poco intuye la forma del puzle que construye. El nido está vacío, las plumas de las mudas se arremolinan en el marco de la ventana o se cuelan al interior por el cristal roto.
Un anciano exhala su frío aliento que se condensa sobre la superficie del puzle al que sólo le falta encajar una pieza. Las golondrinas se tiñen de cuervo. La nieve cae sobre el cementerio. El anciano expira con la última pieza: Una lápida que se desliza sobre su lecho.
El puzle (Eugenio)
