Esta es la historia de una musa que quiso crear una obra magistral y buscó su inspiración en el artista, pero éste la buscaba a ella. Ambos se perseguían, corrían, luchaban en vano por alcanzarse. A veces, incluso daban vueltas alrededor del árbol, estirando los brazos e intentando, sin éxito, atraparse. Vivían como los mismos polos de dos imanes. Estaban locos por utilizarse el uno al otro, ansiosos por crear una obra de arte. Los Dioses quisieron castigar este comportamiento egoísta y orgulloso y les condenaron a buscarse eternamente. Nunca llegarían a tocarse. Sin embargo, alguna vez, cuando en el Olimpo bajan la guardia, se unen los dos clandestinamente en el cielo. Se pintan el uno al otro, cara a cara, frente a frente, formando lo que hoy en día todos conocemos y denominamos “eclipse”.
Eclipse (María Martín)
