Al final el día había quedado bueno para tomar el sol. Sobre la mesa de la terraza un bote de crema protección cincuenta, un paquete de frutos secos mixtos, lleno de pasas, y el portátil encendido. Puse el capítulo de la serie por donde me había quedado.
–Tengo hambre.
–Tú calla –subí el volumen.
Una persona con mi aspecto pero más menuda me observaba sentada en el suelo, con la espalda pegada a la barandilla.
–Pero llevo sin comer dos…
Le lancé otro taco de folios.
–Cuando termines el microrrelato.
El Doble (Carolina VH)
