Me llamo Sara y soy un niño. Sí. Lo han entendido bien. He nacido niña y sé que soy un niño. No es nada sexual, aún no tengo edad para sentirme atraído por hombres o mujeres. Cuando me miro a mi mismo reflejado en el espejo veo a un niño de verdad, solo me falta una cosa y no, no es un pene, es que tú y los que son como tú lo aceptéis y me tratéis con la misma naturalidad con la que yo os trato a vosotros, independientemente si sois altos, bajos, fuertes, flojos, guapos o feos.
Lo más difícil ha sido tomar la decisión de cambiarme el nombre a espaldas de mis padres. Empecé a decirle a mis amigos que me llamaran Zak. Ahora lo hace todo el colegio. Cuando mis padres vinieron un día a buscarme le entregaron a Zak y no a Sara, ese día sentí vergüenza. La sonrisa de mi madre y su dulzura al pronunciar mi nombre me hizo recuperar la cordura. Ella siempre estará ahí. A mi lado. Gracias por ser diferentes, gracias por dejarme ser feliz.
Zak (Diana Paulino Rocha)

Tu relato es precioso. Claro, sencillo y con un mensaje que parece tan fácil de entender… Ojalá todo el mundo acepte a Zak allá donde estén todos ellos.
ZAK l@s que tenemos la suerte y bendición de conocerte. Te respetamos.
Porque defiendes tu derecho a ser respetado y da igual lo que decidas ser de mayor. Da igual lo que piensen los demás.
NO CAMBIES NUNCA!!
ERES UN TESORO.