Ligero, casi imperceptible, me llegó tu mensaje enredado entre otros sonidos. Alborotado emisario, el viento me lo trajo. Envolviéndome en ascendente y bullicioso remolino, mezcla de polvo y semillas, que vapuleó mi enagua sobre el surco, escenario de escarcha y suplicio.
Luego silencio.
Al desdoblar la esquela de brisa, encontré tu aliento y una sola palabra…RESISTE.
Desde el frente de batalla (Cecilia)
