Ella me engaña, diosito. ¿Qué puedo hacer? Búscate otra. No hay ninguna igual a ella, diosito; tú la concebiste única e irrepetible. Pamplinas; aunque sea diferente, todas son iguales. Tú no entiendes eso del amor, ¿verdad, diosito? Como que nunca te has enamorado. Nadie te conoce pareja. Siempre solo allá en el cielo. Bueno; solo solo, no. Tengo mi creación. Paso mis buenos momentos. Por ejemplo, ahora puedo aconsejarte. para que no equivoques el rumbo. Ya no tengo camino, diosito, desde que ella perturbó mi existencia. Practica la poesía; estás a un paso de volverte poeta. Te queda perseverar en el dolor. Me moriré de hambre. La poesía no da de comer. ¿ Y si te concedo el Premio Nobel? Serás objeto de reconocimientos. Te convertirás en alguien importante. Tal vez ella reconsidere su postura y vuelva a quererte. Siendo así la cosa, a lo mejor acepto tu ofrecimiento, diosito. Entonces, ¿el Nobel te viene bien? No sé qué decirte, diosito. ¿Y si me engaña también con el Nobel ese?
Conversando con la autoridad (Saturnino Rodríguez Riverón)
