Cada vez que se sentía vacía gastaba dinero.
Y cada vez se sentía vacía más a menudo.
Setecientos euros en tres horas, setecientos.. Y ni siquiera sabía como había pasado aquello.
Estaba sola en casa. De pronto sintió el silencio y aquella sensación de nada le invadió.
Se metió en el coche y lo arrancó a toda prisa para escapar de si misma.
Entró en el centro comercial buscando cosas bonitas que le hiciesen sentirse bien.
Setecientos euros en tres horas. Mientras volvía con las bolsas al coche no se sentía nada bien.
Ahora la culpa sustituía al vacío.