Bebe, me has dicho. He tomado la copa entre mis manos y el líquido ha atravesado mis labios, mis dientes y ha acariciado mi lengua para luego volverse fuego en mi garganta. Una ola de calor ha invadido mi cuerpo y mi piel ha ardido, mis huesos se han deformado, los he sentido resquebrajarse, transformarse invisibles a tus ojos en algo que no conoceré jamás porque mis ojos dejan de ver claramente, he escuchado mi voz pronunciar gritos que no alertan a nadie más, he sentido mi cuerpo golpear las superficies que hay cerca, he sentido tus manos frías acariciar mi espalda, he sentido el roce exquisito de tu cuerpo y ese río que se extiende entre nosotros; he sentido encajar mis uñas en tu carne y olvidarme a mi misma en ese lugar al que me has llevado.
Bebe, me has dicho… He tomado la copa y he bebido del placer. Bebo hasta la última gota, lo hago cada noche en que tu pupila se dilata.
Bebe (Sarah Esther Legorreta Medrano)
