Se me escapo un recuerdo. Empujó con fuerza la tapa de su baúl y se escurrió por el espacio de mi cabeza. Se hizo sentir y escuchar. Quise devolverlo a su lugar, pero ya era tarde. Me gritó con fuerza que el pasado no se destruye, me recordó, envolviendo mis sentidos con un humo gris, que el cuerpo nunca olvida. Me dejó muda, ciega y sorda por un momento, sólo para tener mi entera atención. Vagó por todos los recovecos que pudo encontrar, sin que pudiera alcanzarlo para encerrarlo en su baúl añejo, de donde no tendría que haber salido. Se instaló cómodo en el sillón de mi presente e insistió en ser libre por lo menos por hoy. Y yo sin saber que más hacer, lo dejé.
De su baúl (Noel Alcover)
