Tú no lo sabes, pero ahí fuera el mundo se rompe.
Lluvia, tormenta, viento atroz.
Tú no lo sabes porque duermes, porque estás muerta por unas horas y ya ni recuerdas cómo era respirar, pero se rompe.
El cielo truena y parece que se estuvieran librando mil batallas dentro, y yo me imagino a todos los dioses habidos y por haber empujándose y metiéndose codazos por tener la mejor posición para mirar hacia tu habitación, para mirarte a ti y que por un segundo en esta vida haya paz.
Por un segundo haya paz gracias a ti, que estás cada vez más cerca del infierno.
Tú no lo sabes, pero ahí fuera el mundo se rompe.
Lluvia, tormenta, viento atroz.
Todos los dioses habidos y por haber suspirando con una sonrisa boba como adolescentes mientras te observan dormir, enamorados perdidamente de ti.
Tú no lo sabes, porque estás muerta por unas horas, pero el cielo te está brindando en este momento el funeral que necesitabas.
Y lo mejor de todo: Estando viva.
Porque estás viva.
Aunque eso tú no lo sabes.
Tú no lo sabes (J.F. Torres)
