Cuando pensamos en bibliotecas, de inmediato nos viene a la mente un edificio de ladrillos o un inmueble viejo completo de libros, muchos de ellos en desuso porque los estrenos tardan en llegar, y cuando lo hacen, es imposible hacerse con uno de ellos hasta que no han pasado varios meses.
[vc_row][vc_column][vc_column_text]Las bibliotecas son lugares que relacionamos con el estudio -las largas tardes que nos pasábamos en su interior durante la etapa escolar, a la espera de que el silencio nos obligara a estudiar sin distraernos con el vuelo de una mosca-. Pero también han tenido su connotación positiva, como lugar de primeros romances, ¿quién no ha ido a la biblioteca para ver al protagonista de sus desvelos amorosos?
El periodista británico Alex Johnson conoce muy bien el valor que tienen las bibliotecas (es descendiente de bibliotecarios) por eso no se lo pensó: ha publicado un libro Improbable libraries (Bibliotecas improbables en español), que es un recorrido visual por las bibliotecas más insólitas del mundo.
Por tierra, por mal, por el desierto, por la selva… Muchas de sus bibliotecas no son edificios estáticos, que presencian impasibles el cambio de la sociedad, sino que son puestos ambulantes, de carne y hueso que se embarcan en la aventura de transmitir cultura.
Este trabajo ha sido realizado junto con la Universidad de Chicago Press. El resultado tan sorprendente lo podéis ver en la galería.[/vc_column_text][vc_separator css=».vc_custom_1445927574834{margin-top: 15px !important;margin-bottom: 15px !important;}»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image=»3946″ img_size=»732×492″ add_caption=»yes» style=»vc_box_rounded» onclick=»img_link_large»][vc_separator css=».vc_custom_1445927574834{margin-top: 15px !important;margin-bottom: 15px !important;}»][vc_single_image image=»3945″ img_size=»732×492″ add_caption=»yes» style=»vc_box_rounded» onclick=»img_link_large»][vc_separator css=».vc_custom_1445927585510{margin-top: 15px !important;margin-bottom: 15px !important;}»][vc_single_image image=»3944″ img_size=»732×492″ add_caption=»yes» style=»vc_box_rounded» onclick=»img_link_large»][vc_separator css=».vc_custom_1445927595580{margin-top: 15px !important;margin-bottom: 15px !important;}»][vc_single_image image=»3943″ img_size=»732×492″ add_caption=»yes» style=»vc_box_rounded» onclick=»img_link_large»][vc_separator css=».vc_custom_1445927604681{margin-top: 15px !important;margin-bottom: 15px !important;}»][vc_single_image image=»3942″ img_size=»732×492″ add_caption=»yes» style=»vc_box_rounded» onclick=»img_link_large»][vc_separator css=».vc_custom_1445927604681{margin-top: 15px !important;margin-bottom: 15px !important;}»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Big Brother Mouse en Laos, con un elefante para transportar los libros; el barco Espos, que viaja a la costa occidente de Noruega con 6.000 libros, son algunas de las historias que se esconden detrás de cada una de las fotografías.
Fuente: Hiperallergic[/vc_column_text][vc_separator css=».vc_custom_1445927604681{margin-top: 15px !important;margin-bottom: 15px !important;}»][/vc_column][/vc_row]