¿Tienes preparada alguna lectura para este fin de semana? Si la respuesta es no, atiende a este post que te vamos a proponer una nueva lectura. Los requisitos para que te guste Adulterio son: ser apasionad@, sin tapujos y que te gusten las historias con un fondo que te inviten a la reflexión.
El autor, Paulo Coelho, como nos tiene acostumbrados en su legado literario, va más allá de la mera historia, invitando al lector a la reflexión. En esta ocasión, el amor, desamor y la locura es el hilo conductor de la trama, contada en primera persona por una mujer, Linda. Linda tiene todo lo que cualquier mortal puede desear: está casada con un hombre rico, que la quiere, tiene dos hijos, es guapa y trabaja en el periódico más importante de Suiza. Pero, no es suficiente, Linda se siente atrapada en la rutina, haciendo siempre las mismas cosas.
Un reencuentro con un antiguo amor de adolescencia, Jacob, ahora un reconocido político, la hace recuperar un sentimiento que tenía escondido: la lujuria. Aunque sabe que puede poner en juego toda la vida que ha creado, ese sentimiento de libertad es más fuerte, y no se siente culpable. Sin embargo, será ella misma la que descubrirá el camino a seguir.
El relato es de fácil lectura, ya que el autor se lo pone fácil al lector, siguiendo la estructura básica de introducción, nudo y desenlace. Contar la historia en primera persona garantiza la involucración del lector, que llega hasta los sentimientos más profundos de Linda, experimentando sus mismos tormentos, sus momentos de pasión (con , sus pensamientos que rozan el límite de la legalidad y su renacer.
Pero, si algo se caracteriza Paulo Coelho es su destreza para llevarnos a la reflexión, en este caso, sobre la importancia del amor, con frases como esta: «Amar abundantemente es vivir abundantemente. Amar para siempre es vivir para siempre. La vida Eterna está vinculada al Amor».
En resumen, Adulterio (el propio título da una idea de lo que te vas a encontrar en su interior) es un fiel reflejo del pensamiento humano. Otra cosa es que algunos se atrevan a llevarlo a la práctica y otros prefieran quedarse como están, evitando poner en peligro la situación acomodada que han conseguido. Y tú, ¿te identificas con Lina?